Y ahora llegó el escándalo, es el congreso a puerta cerrada quien junto con el departamento de justicia quiere tomar cartas en el asunto en lo que se presenta a la opinión pública como un tremendo desaguisado en el que abogados de la agencia central de inteligencia se arrogaron el derecho de autorizar la destrucción de lo que ahora son cientos de horas de grabaciones a supuestos terroristas y talibanes. Michael Hayden, director de la CIA, será quien responda hoy a las preguntas de los congresistas que desde la bancada demócrata son incapaces de salir de su asombro. The New York Times y The Washington Post, fieles a su máxima de tener todos los días una exclusiva, escarban en el nuevo problema que en tiempo electorales salpica a la buena conducta que se le supone a la Casa Blanca. El rotativo neoyorkino llega a identificar al agente José Rodríguez como directo responsable de hacer desaparecer para seguridad de los agentes los interrogatorios, entre otros, de los detenidos Abu Zubaydah y Zacarias Moussaui, este ultimo el único terrorista relacionado con los atentados del 11 de septiembre detenido en suelo estadounidense. The Washington Post recoge junto con la cadena de televisión ABC el testimonio de un exagente que reconoce que gracias a aplicar el submarino a Zubaydah este se derrumbó y cantó en 36 segundos lo que no había querido decir en días de reclusión. Los métodos y torturas en interrogatorios a prisioneros es de nuevo la carga ahora sin prueba, unas practicas que a decir de la CIA dejaron de de ser grabadas en el año 2002 pero que abogados y representantes de algunos presos afirman siguieron practicándose mucho tiempo después.
LLEGO EL ESCANDALO
Y ahora llegó el escándalo, es el congreso a puerta cerrada quien junto con el departamento de justicia quiere tomar cartas en el asunto en lo que se presenta a la opinión pública como un tremendo desaguisado en el que abogados de la agencia central de inteligencia se arrogaron el derecho de autorizar la destrucción de lo que ahora son cientos de horas de grabaciones a supuestos terroristas y talibanes. Michael Hayden, director de la CIA, será quien responda hoy a las preguntas de los congresistas que desde la bancada demócrata son incapaces de salir de su asombro. The New York Times identifica a José Rodríguez como el responsable directo del borrado de cintas. The Washington Post recoge junto con la ABC el testimonio de un exagente que en Pakistán aplicaba la técnica del submarino para hacer cantar a detenidos de alcaeda. La CIA se arroga el derecho del borrado de cintas para proteger y dar seguridad a sus agentes y asegura que en 2002 dejo de grabar interrogatorios, detalle que rechazan los representantes de algunos presos
LLEGO EL ESCANDALO
Y ahora llegó el escándalo, es el congreso a puerta cerrada quien junto con el departamento de justicia quiere tomar cartas en el asunto en lo que se presenta a la opinión pública como un tremendo desaguisado en el que abogados de la agencia central de inteligencia se arrogaron el derecho de autorizar la destrucción de lo que ahora son cientos de horas de grabaciones a supuestos terroristas y talibanes. Michael Hayden, director de la CIA, será quien responda hoy a las preguntas de los congresistas que desde la bancada demócrata son incapaces de salir de su asombro. The New York Times identifica a José Rodríguez como el responsable directo del borrado de cintas. The Washington Post recoge junto con la ABC el testimonio de un exagente que en Pakistán aplicaba la técnica del submarino para hacer cantar a detenidos de alcaeda. La CIA se arroga el derecho del borrado de cintas para proteger y dar seguridad a sus agentes y asegura que en 2002 dejo de grabar interrogatorios, detalle que rechazan los representantes de algunos presos
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