Irak ha sido, es y será el problema, la herencia que dejara al mundo la administración Bush, dispuesta a arreglar ahora la casa por la ventana, con la batuta a distancia, pero reconociendo abiertamente que las guerras se sabe como empiezan pero nunca como acaban. George Bush se ha encontrado este año que se acaba con un colaborador de lujo, es el general Petreaus, encargado en ultima instancia de aplacar las iras demócratas, tanto como para olvidarse de calendarios urgentes, y aceptar que los 30 mil soldados de refuerzo –hay mas de 165 mil hombres en Irak- puedan empezar a volver a casa en Navidad en pequeños sorbos, remesas que en cualquier caso retirarían de Irak cada trimestre como mucho entre los 3000 y 5000 hombres. La solución Bush-Petreaus es la reconciliación y el mejor ejemplo es el pacto con los lideres de Al Ambar, su rechazo a la violencia y a la insurgencia como primera piedra para conseguir una deseada pacificación que en todo caso ni es fácil ni se espera para mañana.
IRÁN, OTRO CANTAR
Irán recuerda aquel problema o pregunta que siempre en esta vida nos hemos hecho. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?. Los ayhatolas sacando los pies del tiesto o los estadounidenses cerrando toda vía de diálogo desde hace mas de veinticinco años. Irán es hoy el vivo retrato de la impotencia diplomática, de esa presión que Bush propone e impone para traer a Irán al mundo civilizado. Es tambien la imagen de los intereses creados, donde se puede vender y comprar energía o materiales con los que fabricarla cuando Europa se arruga y China y Rusia aceptan gustosos el relevo. Irán es el resultado de una de esas muchas consecuencias no deseadas de haber terminado con el dictador Sadam y sus inexistentes programas de armas de destrucción masiva. Este año que termina los tambores de guerra que se habían alimentado desde los aledaños de la casa blanca –hasta el presidente hablo hipotéticamente de la tercera guerra mundial- se quedaron mudos después de la sorpresa-relevación de sus servicios de inteligencia. Irán no tiene programas de armas nucleares desde 2003… y como ahora se dice… Bush con esos pelos. Se quedo de piedra, repitiendo que es más necesario que nunca que la comunidad internacional no baje la guardia.
Irán recuerda aquel problema o pregunta que siempre en esta vida nos hemos hecho. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?. Los ayhatolas sacando los pies del tiesto o los estadounidenses cerrando toda vía de diálogo desde hace mas de veinticinco años. Irán es hoy el vivo retrato de la impotencia diplomática, de esa presión que Bush propone e impone para traer a Irán al mundo civilizado. Es tambien la imagen de los intereses creados, donde se puede vender y comprar energía o materiales con los que fabricarla cuando Europa se arruga y China y Rusia aceptan gustosos el relevo. Irán es el resultado de una de esas muchas consecuencias no deseadas de haber terminado con el dictador Sadam y sus inexistentes programas de armas de destrucción masiva. Este año que termina los tambores de guerra que se habían alimentado desde los aledaños de la casa blanca –hasta el presidente hablo hipotéticamente de la tercera guerra mundial- se quedaron mudos después de la sorpresa-relevación de sus servicios de inteligencia. Irán no tiene programas de armas nucleares desde 2003… y como ahora se dice… Bush con esos pelos. Se quedo de piedra, repitiendo que es más necesario que nunca que la comunidad internacional no baje la guardia.
George Buhs tiene ahora que bailar con la más fea, le queda un año y veinte días, para decir adios y volver a Texas el 20 de enero de 2009, después de asistir al juramento del cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos en las escalinatas del Capitolio. Su esperanza será pasar estos 365 días en los que se hablara mas de elecciones que de la compasión que el instalaba en la casa blanca, su esperanza será conseguir que Irak, Irán, Siria, Líbano, Israel o Palestina no acaben definitivamente quitándole el sueño. La historia presidencial es caprichosa e insiste en recordar que un segundo mandato como el que ha tenido que vivir George Bush esta siempre lleno de gafes. Lo peor que a Bush puede ocurrirle el año próximo es tener que aguantar en suelo estadounidense un atentado terrorista… seria su golpe definitivo, pues después de todo, esa empieza a ser su mejor medalla, ahora que por vez primera en medio siglo no hay presidente ni vicepresidente que este corriendo por no irse o por llegar a ese despacho oval que desde la Casa Blanca tiene muchos botones para elegir el paso que marcar al mundo.
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