Robert Gates, el ministro de la guerra de los Estados Unidos, ha roto la baraja… Se acabaron las medias tintas, los ruegos y requerimientos para con sus amigos y aliados de la Alianza Atlántica. Gates ha decidido criticar abiertamente el pasotismo de la OTAN con Afganistán advirtiendo no estar dispuesto a permitir que la Alianza ponga los pies fuera del tiesto. El secretario de la defensa ha elegido el Congreso de los Estados Unidos como medio-altavoz para sacar su particular tarjeta roja, ahora que aquí le dicen que mas tropas no por favor. Se necesitan con urgencia 3500 entrenadores militares, 20 helicópteros y tres batallones de infantería para no acabar dando ventajas al talibán y a una insurrección clásica –dicen los jefes militares como Michael Mullen- capaz de dar ventaja a los combatientes que Alcaeda. Las críticas de Gates ratifican a voces la desidia de los aliados en dar cobertura militar a la misión crítica en la que vuelve a convertirse ahora Afganistán. Estados Unidos tiene en el norte de aquel país unos 26 mil soldados, los europeos han enviado tropas al sur donde ha reaparecido la violencia en un número próximo a los 28 mil efectivos. Robert Gates viaja hoy a Escocia a reunirse con sus colegas de la OTAN con la intención de proponerles nuevos compromisos a realizar en Afganistán entre los tres a cinco años próximos.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
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