New Jersey, pequeño y bicentenario estado de la costa este, vecino de Nueva York, tendrá la oportunidad de discutir desde hoy una reforma legislativa que pretende abolir la pena de muerte por atentar contra la legalidad, la moral y la economía de los contribuyentes. El congresista estatal Wilfredo Caraballo –hispano y demócrata- es el que patrocina una reforma que podría convertir a New Jersey en el primer estado de este país en abolir la pena capital y sustituirla por la de cadena perpetua sin posibilidad de redenciones. Los 120 legisladores del estado de New Jersey han debatido en comisión este anteproyecto que debería ser aprobado a más tardar este jueves, si supera la mucha oposición que ha levantado entre las filas republicanas. Caraballo, profesor de leyes en la Universidad Seton May, alega que un 80% de las sentencias a muerte en New Jersey –donde ocho reclusos esperan su ejecución- tuvieron que ser revisadas. Otro argumento que en este país resulta efectivo es el que recuerda que mantener en vigencia la posibilidad de ejecutar a un condenado cuesta a los contribuyentes unos 11 millones de dólares al año, cantidad que desde su restauración en 1982 -sin ser nunca aplicada- suma en inversiones mas de 253 millones de dólares.
lunes, 10 de diciembre de 2007
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