viernes, 5 de febrero de 2010

Rezar todas y todos

Rezar no hace daño ni tan siquiera a quien no está acostumbrado. Rezar es bueno para la mente de los seres racionales. Rezar es encontrarse y no porque se esté perdido. Rezar, rezamos todos incluso los que no saben ni a quien rezan. Rezar es un consuelo o una dura carga. Lo más difícil es rezar para pedir, porque eso implica saber a quien se reza. Ese día, muchos tiemblan y hasta se les arruga la respiración. Rezar en español es todavía mucho más complicado. Jose Luis Rodríguez Zapatero lo ha tratado de explicar en un desayuno ecuménico de oración en el que había empezado siendo ignorado por los medios estadounidenses. Al final, no ha estado nada mal su apuesta. Incluso la traductora encargada de poner en inglés las palabras castellanas del presidente espanol le hizo un favor añadido. La primera vez que desde esta tierra se habló con Dios se hizo en español. Zapatero dijo que fue en castellano, pero su traductora eligió el español como lengua para dejar las cosas claras. La audiencia, el presidente Obama y su gobierno en pleno, más de sesenta senadores y cerca de tres mil invitados rieron la gracia. Zapatero ya se los había metido en el bolsillo. Llegar y besar el santo era el objetivo. Mi amigo Carlos Herrera le había regalado una insignia de la Virgen de Candelaria. El presidente Zapatero se la puso en la solapa. Vírgenes contra banderas y como el desayuno era de oración el castellano-español se creció hasta besar el cielo. José Luis Rodríguez Zapatero aprendió a rezar con el Deuteromio en la mano. Hizo lo que pudo en lo que fue un aviso a navegantes. Poco importa que otros bajen la vista y hagan antes como que están meditando. Rezar es más que todo eso. El presidente Zapatero cogió la cruz por todo lo alto. Habló de los derechos de los jornaleros-trabajadores y de los emigrantes y hasta algunos llegaron a ver en sus palabras un velado canto al amor libre. Más no se podía pedir en cinco escasos minutos. Zapatero citó a Carlos Fuentes para presumir de nuestra cristiandad y por fortuna no se olvidó ni de Miguel de Cervantes. Misión cumplida. Abrazó a Obama y sin besitos a Michelle se volvió a España más contento que unas pascuas. Zapatero ha dejado claro que es un eterno optimista. Lo ha sido y lo sigue siendo incluso después de conocer en los Estados Unidos lo que es un desayuno de oración el mismo día en que las bolsas se desploman. A la vista de los primeros resultados, con el patio nacional más que revuelto, Dios no parece haber tenido tiempo de escuchar sus plegarias. Claro que quizás no era Dios su destinatario sino el mismísimo Barack Obama. El presidente de los Estados Unidos se ha convertido en esperanza del mundo. El no puede solo, dice y repite, por eso reza hasta en los desayunos a los que invita a sus amigos españoles. Rezar y pedir por el cambio en inglés es algo que siempre se ha llevado por estos pagos. No está de más aprender la lección y con la que está cayendo rezar. Rezar en español o en castellano, en vasco, en catalán, en gallego y hasta en arameo. Todos. Ellos y ellas, como mandan las reglas de la paridad mas exquisita.

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