domingo, 25 de octubre de 2009

Terror

Es siempre igual aunque parece diferente. No hay forma humana de llegar a ponernos de acuerdo. El terror es terror, pero cuando buscamos definiciones saltan chispas. Esta mañana en Bagdad han vuelto a ver los fantasmas. La realidad es más sencilla por ser mucho más dolorosa. Las calles céntricas de la que sigue siendo capital de Irak se han vuelto a teñir de sangre y fuego. Los números son escandalosos. Casi centenar y medio de muertos y medio millar de heridos. Si eso hubiese pasado en las calles de Europa o de los Estados Unidos... Es una realidad que clama al cielo. No hay dos muertos iguales, ni justicia que se tape los ojos cuando trata de aplicar el fiel de la balanza. El atentado de Irak es todo menos explicable. Siempre encontraremos razones para la barbarie, pero nunca explicaciones. Las víctimas no hablan.Los suicidas no regresan para contarlo. Los que se quedan no olvidan. En muchos casos, el odio será la mejor herencia. Palabras, comunicados y condenas. Palabras. Es siempre lo mismo. El futuro vuelve a ser la esperanza. Irak quiere ir a las urnas el próximo enero. Antes hay que fabricar normas y calendarios. Hacer zona verde la que hoy fue calle de sangre y fuego. Dar seguridad a todo un país que vive en guerra y en continua amenaza desde una invasión que se justificó en acabar con supuestas armas de destrucción masiva. La misión que dieron por acabada hace mas de un lustro todavía continua. Es posible mirar hacia otro lado. Hacer de Afganistán centro prioritario de atenciones. Pasar pelotas sobre el alero y hasta meter goles por la escuadra. Es más de los mismo. Las armas del terror siguen siendo tan letales como el mas pequeño de los cilíndros que pueda cargarse con milímetros de odio.

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