Los agoreros se han equivocado. España brilla con luz propia a solo veinticuatro horas de rifarse los juegos olímpicos que busca Madrid 2016. Las primeras antorchas arden con luz propia. Hasta en el edificio más alto de Manhattan han colocado la bandera española. Luz y color desde la distancia. Nueva York olvidándose de Chicago. ¿Será todo por la causa?. Todo porque vivimos en un sin vivir. Seguimos sin aprender a disfrutar y relajarnos. El cuento de siempre. Reprimidos hasta la muerte. No tenemos solución. Las cosas son mucho más fáciles. No tienen tantas vueltas. Son más sencillas. Están delante para ser vividas sin manipularse. Lo echamos todo a perder. No tenemos remedio cuando nos dejan pensar. Siempre acabamos igual. Nos hemos creído que todo se arregla con pensar mal. Claro. Piensa mal y acertarás. Nos seguimos dejando llevar. Las imágenes nos engañan en un mundo de imágenes. Las palabras nos alteran porque siempre gritamos para hacernos entender. Somos maestros en complicarnos la existencia. Es una lástima, pero no se consuela quien no quiere. Al mal tiempo, buena cara. Si la bandera de España luce como mejor homenaje al sesenta aniversario de la revolución China, nos reímos. Si la foto de la familia Zapatero con el matrimonio Obama es la más vista y recomendada del mundo mundial, nos arrugamos. Si salimos de casa a Copenhague dándonos palmaditas en la espalda nos ponemos chulos y pensamos que todo el mundo es orégano. Lo dicho, no tenemos remedio.
jueves, 1 de octubre de 2009
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2 comentarios:
Toita la razón, para variar.
Un abrazo enorme.
La presion me asquea. Que barbaridad. ¿Que opinarian los griegos si viesen en que se han convertido los JJ.OO?
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