lunes, 3 de octubre de 2005

MIERS, TORMENTA DE OPINIONES

Harriet Miers ya sabe lo que le espera. Se lo dicen tanto mujeres por las que George Bush decia ha trabajado toda su vida (Ferteins) como hombres (Schumer). Mujeres y hombres que tienen en comun ser demócratas y soprenderse de que una abogada que ha trabajado con el presidente durante la ultima decada aspire a convertirse en la 110 magistrada del Tribunal Supremo. Los republicanos (Cornym) aplauden por su parte la decisión, una propuesta de consenso –dicen- que se apoya en una doctrina compasiva tan radical como la que permite afirmar que los jueces no deben legislar desde su tribunal. Bush lo repetia hoy como ayer desde la Casa Blanca, donde ponia como su mejor ejemplo y eleccion al ya presidente Jhon Roberts –un destacado alumno del falledo Renquist- que hoy mismo ha estrenado el cargo en el que con Miers o sin ella tiene garantizado marcar toda una epoca, pues una vez que se recibe el aprobado del Senado, los nueve asientos del Tribunal Supremo que es tambien el Constitucional estadounidnse se convierten en vitalicios, cargos de por vida, salvo que como ha sido ahora el de la magistrado O´Connor presente voluntariamente una renuncia que ademas de poner fin a 24 años de servicios exige de nuevo el retrato politico de un presidente.

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