domingo, 25 de septiembre de 2005

PERDERLO TODO, MENOS LA VIDA

Son horas de angustia para los cientos de miles de evacuados que regresan a sus casas en los estados de Luisiana y Texas. Son horas de asumir la triste realidad de tener que dormir en las furgonetas porque la casa de Port Arthur en la que vivia esta bajo el agua. Un hombre anciano, junto a un camion boca arriba y cruzado en el camino, con un nudo en la garganta, casi con lagrimas en los ojos, reconoce que lo ha perdido todo. Las voces de afectados son las que han escuchado esta vez las autoriades locales de ciudades y pueblos costeros, los mismos que luego solicitaron a sus gobernadores que impidieran el regreso a casa sin control de los tres millones de evacuados forzosos que –esta vez si- veian y escuchaban al presidente de los Estados Unidos a su lado. Es la hora de los recuentos, antes de la que quieren sea una vuelta a casa organizada. Una mision imposible no exenta de optimismo para la gobernadora de Luisiana, la señora Blanco. Y todo, que ya es mucho, porque el huracán Rita no ha dejado el sello de muerte que sembro Katrina, aunque si ha colaborado a poner a oscuras a mas de un millon de hogares y a cubrir de nuevo de agua a ciudades como Nueva Orleans donde las previsiones mas optimistas calculan que se tardara dos semanas en devolver las aguas que sobrepasaron los diques al lago Pontchartrain. Otro cantar sera saber cuando las refinerias petroliferas de Texas y las plataformas del Golfo de Mexico podran recuperar la normalidad, aunque despues de todo y desde finales de agosto, es el bolsillo de los ciudadanos quien se hace cargo cuando repostan gasolina de que en lo que va de mes, en este pais, se han dejado de producir mas de 30 millones de barrilles de petroleo

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