Barack Obama tiene mala conciencia.
Hace más de cuatro años, quería y prometía cerrar la cárcel de Guantánamo que
todavía hoy sigue abierta El presidente de los Estados Unidos ha vuelto sobre
sus pasos para recordar sus viejas intenciones.
Desde la Universidad de la Defensa en Washington trató de diseñar una
nueva política antiterrorista donde la prisión de la base estadounidense en la
isla de Cuba, con 166 reclusos de los
que más de un centenar están en huelga de hambre- volvió
a ser obligada referencia. Una mujer interrumpió a Obama cuando se las prometia
más felices: ¨Si no cierra Guantánamo el
comandante en jefe es porque no le da la gana¨. Se hizo el silencio y el presidente
volvió a repetir que está en manos del Congreso, que agilizará conversaciones para que Yemen y
paises amigos se hagan cargo de unos reclusosos que después de años siguen
viviendo en un limbo legal en el que la mayoría ni sabe de que se les acusa. Lo más curioso es que mientras se vuelve hablar de cerrar Guantánamo, el Pentágono han mandado
un requerimiento al Congreso para contar con 450 millones de dólares extra. Todo
un pico en el que se incluye adecentar las instalaciones y hacer frente al
gasto que eleva con creces en Guantánamo los 70 mil dólares que cuestan en las
cárceles de máxima seguridad atender las necesidades anuales de un recluso.
viernes, 24 de mayo de 2013
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