miércoles, 6 de abril de 2005

CASI UN POKER EN EL VATICANO

Tener un pocker de presidentes protagonizado por los Estados Unidos tiene siempre sus reparos… pero un pocker de presidentes, pensado ayer, para un funeral de un papa catolico resultaria impensable. Hoy sin embargo, sino imposible, solo ha resultado ser polemico y sobre todo, cunado Bil Clinton y George Bush padre se han empezado a acostumbrar a salir juntos en las fotos. El trio que ha llegado a Roma y que ven todos los estadosunidenses cuando encienden la televisión –si podria ser un poker de presidentes con casi 20 años de historia a sus espaldas. La ausencia de Jimmy Carter en las fotos del Vaticano se ha convertido ahora cuanto menos para la Casa Blanca en un obligado motivo de explicaciones. Solo habia sitio, dicen, para cinco, y esos cinco son el matrimonio Bush, su ministra Rice y los dos expresidentes que antes que Laura y George ocuparon la Casa Blanca. El mas molesto es Jimmy Carter, quien se considera ninguneado y hasta empieza a creerse lo que dicen las malas lenguas, que es tan pesado como aburrido. A su favor estaba el haber sido el primero en dar la mano al fallecido Juan Pablo II, un honor que al menos le reconocen en las teles al tiempo que tambien le recuerdan que durante sus cuatro años de mandato, tuvo dos oportunides dos, de viajar a despedirse en semejantes condiciones a las de hoy de Pablo VI y de Juan Pablo I … y solo entonces eligio en las dos ocasiones que fuese su mujer la encargada de representar a los Estados Unidos.
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Bill Clinton ha vuelto a viajar en el avion presidencial donde pudo comprobar en primera persona los cambios que un republicano como Bush ha dado a sus viejas costumbres. Clinton aprovecho el viaje Washington-Roma para comer hamburguesas de pavo y decirles a los periodistas que si ese hubiese sido su menu durante sus ocho años de reinado, seguramente no tendria que haberse operado a corazon abierto. Bromas a un lado, el exprsidente valoro como mixto el legado papal del fallecido Juan Pablo II. Le ocurre como a nosotros, sentencio, vio como en su tiempo el numero de cristianos crecio en 250 millones de seres humanos, pero fue incapaz de aumentar o conservar a los pastores que debieran atenderles.