Las noticias –buenas o malas, o todo lo contrario- nunca llegan solas. Este miércoles, antes de que la Reserva Federal decida si baja o no un cuartillo el 2,25% con el que después de seis descensos consecutivos ha marcado el precio del dinero en los Estados Unidos, antes de su decisión los ciudadanos de a pie sabrán si en el primer trimestre del año la economía sigue siendo su preocupación y el crecimiento su asignatura pendiente. (()) George Bush ha seguido negándose a emplear la palabra de moda. No hay recesión –decía en rueda de prensa- si no momentos económicos difíciles donde la gasolina, los alimentos y las hipotecas quitan el sueño a sus compatriotas. No tiene baritas mágicas, reconocía, pero en los biocombustibles y en las reservas que guarda la intocable Alaska pueden estar las soluciones que si no han llegado es porque el Congreso y los demócratas no asumen sus responsabilidades. La oposición le contestó de inmediato: lo que no es solución es ayudar más a la petroleras que a los ciudadanos en apuros.
miércoles, 30 de abril de 2008
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