Gordon Brown vuelve a la Casa Blanca pero esta vez con el boato y ceremonial que George Bush gusta poner en marcha cuando se trata de recibir en Washington a un amigo. El matrimonio Bronw acabara el día en una cena oficial –como la que anoche daban en su ausencia al Papa- pero esta vez con la presencia confirmada del primer británico que mucho antes habrá tenido tiempo de explicar Bush sus planes para Irak y Afganistán y lo que en esta visita ha sido –ayer- uno de sus propósitos. No bajar la guardia y conocer de primera mano con banqueros y economistas la situación de crisis que quita el sueño a pobres y ricos al haberse disparados los precios de los alimentos de primera necesidad y haber repartido y sembrado este país por medio mundo hipotecas y créditos de alto riesgo –en su mayoría impagados- capaces de haber creado un agujero que los mas optimistas –todavía lo están contando- calculan puede superar el billón de dólares.
jueves, 17 de abril de 2008
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