Las primarias del próximo martes en Indiana y Carolina del Norte –en juego 219 delegados- vuelven a ser la oportunidad demócrata para escenificar el desgaste. Las encuestas son el mejor referente para afirmar que Obama y Clinton seguirán sumando pero siendo incapaces de rematar la jugada. El senador afroamericano saca diez puntos de diferencia a Hillary en Carolina del Norte y a día de hoy el empate técnico es la bandera en Indiana. La senadora juega a pedir un debate que no tendrá con el hombre que se le ha subido a las barbas. Obama prefiere las distancias cortas aunque sea para poner en su sitio al pastor Jeremiah Wrigth que le caso y bautizo a sus dos hijas convertido en estas últimas horas en centro de todas las miradas por defender que Estados Unidos sigue siendo un país racista al que Dios debería maldecir.
miércoles, 30 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario