Hillary Clinton ha pregonado a los cuatro vientos que la democracia es la que gana con el rifi-rafe que mantiene con el aspirante Barak Obama. (()) En los mítines de no acabar, en Indiana, este pasado fin de semana la exprimera dama ha echado por tierra los requerimientos que desde las alturas de su partido –Howard Deam como cabeza visible- han exigido a sus dos aspirantes poner fin al duelo.(()) Hasta Chelsea ha echado en estas ultimas horas una mano a su mama recordando que todos los votos deben ser contados, hasta los de La Florida para que nadie deba recordar lo que pasaba hace 7 años con el vipresidente Al Gore.(()) Obama prefiere mientras seguir sumando apoyos y solidaridades, después de conseguir los piropos del senador Casey por Pennsylvania ahora se espera que ocho representantes de Carolina del Norte hagan públicas sus preferencias por el afroamericano. La lucha por el voto de los superdelegados sigue, -desde el tan lejano y olvidado supermartes del 5 de febrero ahora se sabe –lo dice The Wall Street Journal- que Obama ha ganado 64 apoyos frente a solo 9 de Hillary- pero no todo son superdelegados, en el duelo de estas extraordinarias elecciones primarias resta el voto de diez estados aunque numéricamente no vayan a resolver el desaguisado en el que anda metida la familia demócrata porque hagan lo que hagan, digan lo que digan sus electores, numéricamente es imposible –sin contar los estados castigados de La Florida y Michigan- que antes de la Convención del verano en Denver, Barak Obama o Hillary Clinton puedan proclamarse numéricamente candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos.
lunes, 31 de marzo de 2008
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