La Reserva Federal (FED) hace horas extras. El objetivo evitar que la crisis haga estragos en el sistema financiero. Este fin de semana ha sido solo el principio de lo que se promete serán días de toma y daca. El precio del dinero para las entidades crediticias ha bajado un cuartillo situándose en un 3,25%, decisión que casi con nocturnidad y anunciada en domingo ha conseguido el efecto contrario al que se deseaba si se mira los primeros resultados que ofrecen los mercados.(()) Henry Paulson, el ministro del tesoro de los Estados Unidos, se felicitaba por una decisión que hace frente al que es primer objetivo de la administración Bush: mantener la estabilidad del sistema financiero. Pero es que además, la Reserva Federal ha añadido flecos y explicaciones particulares a su primero para aumentar la liquidez y promover el funcionamiento ordenado del mercado. El primer beneficiado con nombre y apellido es J P Morgan banco a quien se le ponen debajo del brazo 30 mil millones de dólares con los que se ayudaría a la compra de Bear Stearns por mas de 250 mil después de que esta supuesta poderosa institución de Wall Street reconociera el pasado viernes problemas de liquidez.
LLAMADA A CAPITULO
Ahora toca evitar el pánico y demostrar a quienes hablan ya de medidas inútiles que lo ultimo es tirar la toalla, aunque si parece que la solución mas inmediata sigue siendo tirar de cartera. Desde hace unas minutos se esta a la espera de una declaración de George Bush sobre una crisis a la que dedicará la tarde del día de San Patricio. El presidente quiere escuchar y poner en común ideas para que le confirmen lo que siempre ha proclamado.(()) La economía de los Estados Unidos es resistente, pero en esa declaración –repetida el pasado vienres- nunca hasta ahora se había querido hablar de recesión. Bush podría celebrar en las próxima horas una cumbre en la Casa Blanca con su ministro Paulson, asesores e invitados de lujo a los que se supone -como seria el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke- total independecia. Precisamente la Reserva Federal y los siete bancos centrales del país demuestran cada minuto que pasa que no están de vacaciones. Desde primeros de año han inyectado más de 400 mil millones de dólares en el sistema financiero. Ben Bernanke conoce al dedillo y como buen profesor lo que fue el pánico del 29. Mañana, todos los pronósticos, hablan de que el precio del dinero volverá a bajar hasta medio punto… y es que a nadie se le escapa que son al fin de cuenta los consumidores, los ciudadanos estadounidenses, quienes tienen que tener confianza y dinero para pagar las hipotecas de sus casas, comprar la gasolina que sigue por las nubes y gastar, siempre gastar porque además de ser patriótico –como les dijo su presidente- es la mejor garantía para hacer frente a fantasmas que como la recesión van tomando cuerpo, carne y hueso.
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Ahora toca evitar el pánico y demostrar a quienes hablan ya de medidas inútiles que lo ultimo es tirar la toalla, aunque si parece que la solución mas inmediata sigue siendo tirar de cartera. Desde hace unas minutos se esta a la espera de una declaración de George Bush sobre una crisis a la que dedicará la tarde del día de San Patricio. El presidente quiere escuchar y poner en común ideas para que le confirmen lo que siempre ha proclamado.(()) La economía de los Estados Unidos es resistente, pero en esa declaración –repetida el pasado vienres- nunca hasta ahora se había querido hablar de recesión. Bush podría celebrar en las próxima horas una cumbre en la Casa Blanca con su ministro Paulson, asesores e invitados de lujo a los que se supone -como seria el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke- total independecia. Precisamente la Reserva Federal y los siete bancos centrales del país demuestran cada minuto que pasa que no están de vacaciones. Desde primeros de año han inyectado más de 400 mil millones de dólares en el sistema financiero. Ben Bernanke conoce al dedillo y como buen profesor lo que fue el pánico del 29. Mañana, todos los pronósticos, hablan de que el precio del dinero volverá a bajar hasta medio punto… y es que a nadie se le escapa que son al fin de cuenta los consumidores, los ciudadanos estadounidenses, quienes tienen que tener confianza y dinero para pagar las hipotecas de sus casas, comprar la gasolina que sigue por las nubes y gastar, siempre gastar porque además de ser patriótico –como les dijo su presidente- es la mejor garantía para hacer frente a fantasmas que como la recesión van tomando cuerpo, carne y hueso.
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