El descontrol de los controladores aéreos ha obligado al Gobierno de España a declarar el estado de alarma. Es la primera que un gobierno en democracia tiene que echar mano de la letra menuda de la Constitución para restablecer el orden público. La situación de caos -The New York Times, dixit- obliga a inaugurar leyes que no habiamos usado en España en más de cinco lustros. Ni Tejero fue capaz de tanto como ahora lo han sido un millar de trabajadores a los que se les viene acosando desde hace años. AENA es su empresa y ellos -palabras de ministro- unos privilegiados entre los que no faltan los 126 que cobran al año mas de 600 mil euros y los 50 que sobrepasan los 700 mil. Blanco fue el encargado de poner en negro la historia. Los controladores aéreos -controladores hay muchos en España- nos cuestan un riñón y son los menos productivos de Europa. Titulares no faltan ni van a faltar ahora que un decreto los ha puesto a las órdenes del Ministerio de la Defensa. Están servidos y llegar hasta el ¨controladores, hijo putas¨ que pasajeros airados repetían en Barajas para que TVE multiplicara por el mundo ha sido coser y cantar. Ya hay malos para la película: los controladores que nos dejan en casa y nos hacen perder en un periquete parte de ese jugoso 11 por ciento que ingresamos por turismo, sol y playa. La España cainita tirita de frio calentándose con el consuelo de la envidia. Morderán crisis como hijos de vecino, como trabajadores del montón que son casi todos los que consiguen pegar mordiscos a la teta del estado que alimenta tanto y tanto estómago agradecido. Hace unos dias, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero sentaba en el Palacio de la Moncloa a los representantes de las treinta empresas más pomposas que se pasean por nuestra piel de toro. Sorpresa, ellas solitas son alimentadas en más del 70% por las arcas del estado. Son tambien controladoras, perros que ladran pero con distintos collares. Sabemos cuánto se les paga al mes a un puñado de controladores aéros, pero a los empresarios y presidentes que se sientan en los consejos de adminitración solo les exigimos que nos ayuden a encontrar soluciones. La caja de todos, como los medios de comunicación, se utilizan a capítulo de inventario. Dar gato por liebre es tan habitual como vender o dar de comer cerdo por corzo. A pícaros solo puede ganarnos la realidad. Somos los europeos que tenemos el doble de paro que tienen nuestros vecinos. Nuestra deuda es comparable a la de paises con más de 300 millones de ciudadanos. Somos los españoles los que ahora descubrimos con indignación que un trabajador puede cobrar 700 mil euros al año. Leche, hasta dónde hemos llegado. Leña al mono, recortes... que mejor es el todos a casa y con subvención que en la torre de control.
sábado, 4 de diciembre de 2010
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