Por fin, habran podido decir muchos demócratas que siguen frotandose las manos al ver lo muy difícil que tienen los republicanos empezar la campana de las elecciones de mitad de mandato. La dimision del tejano y lider de la camara baja Tom Delay llega en el peor momento, pues aunque no abandone el escaño, las acusaciones de corrupción a las que tendra que hacer frente ante un gran jurado se suman a los reveses que desde final de verano caen sobre la Casa Blanca. Delay, un politico de raza que ocupa su escaño por Texas desde 1984, pasa por ser un lider y un aliado fiel de la doctrina de la compasión que ha pregonado y llevado a la presidencia de la nacion a su buen amigo George Bush. Tom Delay, a quien desde hace tiempo la oposición venian buscando las cosquillas, ha sido acusado formalmente de hacer uso ilegal de los donativos de las empresas tejanas para su campaña. El lo ha negado todo pero esta mañana, despues de comparecer ante los medios de comunicación, solo ha posido decir que regresara a la jefatura de la camara baja limpio de polvo y paja, despues de haberse cometido con su acusacion un acto hiriente en las relaciones entre partidos del que hace directamente responsable al fiscal Ronnie Earle, a quien ha citado en varias ocasiones, llamandole partidista implacable y tendencioso. Los republicanos, hace casi un año, quisieron cambiar las normas eticas de su grupo para evitar que dimitieran de sus cargos los compañeros que fuesen llamados por la justicia. Seguro que entonces no solo pensaban en Delay a quien ya se le acosaba como a su compañero y lider en el Senado Bill Frist por aceptar viajes de lujo como recompensa a decisiones interesadas, pero la imagen que esa medida pudiera provocar en sus votantes hizo dejar en el olvido una propuesta que hoy hubiera salvado del adios provisional a uno de sus lideres.
miércoles, 28 de septiembre de 2005
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