Condolezza Rice lleva el sello de la urgencia en la maleta de paz que George Bush ha colocado en su mano. Pero detrás de las palabras y de las buenas intenciones, al presidente de los Estados Unidos no le perdonan que se quedara en las olimpiadas de Pekín cuando Georgia se convertía en un polvorín. Los medios de comunicación miran el viaje de Condolezza Rice con preocupación y con miedo de que pueda ser el pistoletazo de salida para el principio de una nueva guerra fria. Bush había cambiado la forma de entender el mundo en este segundo periodo de su mandato-dicen muchos analista- pero ahora y con la crisis de Georgia hay quienes le comparan por su inactividad con Jymmy Carter. Rice estará de vuelta a el próximo sábado para volar hasta el rancho tejano de Crawford y contarle a su presidente como le han ido las cosas en su periplo… pero que nadie se engañe. Este viaje de Condolezza Rice seguirá teniendo encima de la mesa y para Moscú la respuesta a la pregunta del millón: A quien prefieren los Estados Unidos, a Rusia o a Georgia.
jueves, 14 de agosto de 2008
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