Decir que la alegría dura poco en casa del pobre no sería del todo verdad, aunque la tendencia de los medios de comunicación estadounidenses ha sido hoy recrearse en los lodos de la crisis hipotecaria y pasar casi de puntillas por los milagros que pueden ser flor de un día. Me explico. Las perdidas millonarias de Freddie Mac por valor de 821 millones de dólares por cuarto trimestre consecutivo hacen olvidar el que pudo ser otro martes para levantar la esperanza en ese capítulo que siempre en economía puede hacer ver la botella medio vacia o medio llena según las circunstancias. Freddie Mac no levanta cabeza haciendo acopio de números rojos y eso a pesar de habersele autorizado a maquillar su contabilidad y recibir ayuda contante y sonante de una administración Bush empeñada en solventar la crisis tirando de caja. Así se escribe la historia, incluso para hacer olvidar aquí de un plumazo que el precio del barril de petroleo Texas se llegó a pagar a 118 dólares y la bolsa y los inversores se pusieron tan contentos como la Reserva Federal que dejó el precio del dinero en un 2% rezando para que el crecimiento moderado de la economía y la inflación no acaben siendo una bomba de relojería. Lo que son las cosas, hoy los números rojos son los que se llevan la palma, quizás porque tambien por el camino acabamos de aprender una lección sorprende. Los 30 dólares que ya quisieran como salario mínimo todos los mortales, pueden dilapidarse en tanto tiempo como un abrir y cerrar de ojos cuando se habla de pagar el barril de petróleo en las economías de los países más ricos de la tierra.
miércoles, 6 de agosto de 2008
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