Las matemáticas electorales de Hillary Clinton son como el chicle, se adaptan a cualquier nueva circunstancia y más después de haber agradecido en español el que puede haber sido su último paseo triunfal en las primarias estadounidenses. (()) Puerto Rico ha confirmado a Barak Obama lo difícil que es llegar a la meta cuando se pone un Clinton de por medio. Desde el cuatro de marzo el senador afroamericano solo ha ganado seis de las catorce consultas que deberían ya haberle llevado a la candidatura demócrata.(()) Ahora Hillary, con la ayuda incompleta del comite de reglas, después de un fín de semana de lamentable espectáculo, ha sacado a colación que lidera el voto popular y eso tiene que dar mucho que pensar a los popes del partido y sobre todo a esos doscientos superdelegados que deciden en la Convención de Denver /o antes y por adhesión de palabra/ quien es el candidato demócrata para ganar la Casa Blanca. (()) Dicho asi y en forma de pregunta, lo fácil es pensar que Hillary no se va porque sigue creyendo en los milagros, aunque a Barak Obama solo le restan por conseguir 47 votos /mañana en las primarias de Dakota del Sur y Montana puede empezar a sumar/ y proclamarse despues y con el apoyo de algún que otro superdelegado el candidato númerico del partido democrata. Obama está dispuesto a intentarlo y para celebrarlo no se le ha ocurrido mejor lugar en el mundo que hacerlo en el mismo estadio deportivo en el que los republicanos de McCain han reservado su fiesta/convención el próximo septiembre. Mañana Obama, será madrugada en España, ha citado a sus seguidores en St Paul, Minnesota, en una señal y deseo mediático de advertir que visto lo visto no le asustan ni los fantasmas.
lunes, 2 de junio de 2008
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