La fiesta olimpica de la ciudad de Nueva York ha terminando sin ser tan bonita ni solidaria como la que vendia un anuncio de televisión capaz incluso de poner la carne de gallina. A la hora de la verdad, en la esquina decisiva de Singapur, la representación de la ciudad de los rascacielos se quedara sin el boato de otras delegaciones, reducida a un ALCALDE como BLOMBERG – que despues de las calabazas que le brindara la secretaria de estado Condolezza Rice- estara solo acompañado por una escogida representación de cuarenta deportistas entre los que se destaca por encima de todos el muy querido aquí Mohamed Ali, el campeon de los pesos pesados, medalla de oro en las olimpiadas de 1960. La delegacion estadounidnse presume de viajar con deportitas que han lucido en quince juegos olimpocos y paralimpicos mas de ochenta medallas de diferentes metales… Su relacion es extraordinaria, aunque a veces no digan que Nadia Comanecci –otra de sus invitadas- fue la niña ginnasta rumana que en los juegos del 76 y del 80 llego a colgarse ella solita nueve medallas, puestas ahora al servicio de las pretensiones neoyorkinas
La pasion olimpica en Nueva York ha seguido luchado en estas ultimas semanas contra su propia opinion publica que lejos de entusiasmarse con los sueños de aros y laureles coloca a los estadounidnses muy frios y en el furgon de colo de todos sus rivales a la hora de arrimar el hombro para que NYY 2012 se convierta en una realidad. Los voluntarios que contestan al telefono a los curiosos, el equipo que atiende a los medios de comunicacion, portavopces autorizados de la la candidatura neoyorkina recitan a quien se deja la cantinela conocida de que su opcion es la mejor.
NUEVA YORK, como Madrid, presume de que son las dos unicas ciudadades asirantes que no tienen por ahora selllo olimpico, una manera de querer hermanarse en un mismo objetivo, que a este lado del Atlantico se ha encontrado y se encuentra con urgentes realidades. La candidatura neoyorkina ha ido perdiendo fuelle despues de que el informe del Comité Olimpico Internacional repitiese lo que NY le habia dicho. El estadio olimpico, a fecha de hoy, es todavia un proyecto inacabado y prendido de alfileres a la espera de la ultima decisión.
Blomberg y su delegacion acaban de anunciar a los cuatro vientos su proposito de despedirse de Nueva York cuando sean aquí las cinco de la madrugda, del viernes 1 de julio. La cita con las televisiones esta pactada en la terminal del aeropuerto desde donde a esa hora facturando equipajes ponen todas sus miradas en Singapur. Para mas dolor de corazones, las doce horas de diferencia en los relojes de Nueva York y Singapur pueden aguar un poco mas del final de la orquesta. A las diez de la noche del cinco de julio pantallas gigantes de televisión abriran la fiesta en el Rockefeller Center… gracias a que la ciudad no duerme… a las siete-siete y media de la mañana aquí del dia seis, podra saberse si el esfuerzo a merecido la pena.
La fiesta, como la musica, va por barrios pero no acaba siendo aquí ni mucho menos solidarida, ni por supuesto, ha conseguido llegar a sonar al unisono. La candidatura neoyorkina se ha conformado con hacer poco ruido en estas ultimas horas. El reloj gigante y de cuenta atrás en la estacion central ha encontrado un ritmo tampoco contagioso como las convocatorias que los organizadores han cursado para correr por el central park. Los autobuses a duras penas consigue atraer la atención sobre los signos olimpicos que llevan adosados a sus reclamos publicitarios- Y la fiesta que en la plaza Rockefeler se anuncia para seguir de noche y en directo las decisiones en Singapur es todavía una fiesta de tan bajo perfil, que ni la musica de anuncio se atreve acabar sonando como el himno quer quisiera interprear la orquesta olimpica.
La pasion olimpica en Nueva York ha seguido luchado en estas ultimas semanas contra su propia opinion publica que lejos de entusiasmarse con los sueños de aros y laureles coloca a los estadounidnses muy frios y en el furgon de colo de todos sus rivales a la hora de arrimar el hombro para que NYY 2012 se convierta en una realidad. Los voluntarios que contestan al telefono a los curiosos, el equipo que atiende a los medios de comunicacion, portavopces autorizados de la la candidatura neoyorkina recitan a quien se deja la cantinela conocida de que su opcion es la mejor.
NUEVA YORK, como Madrid, presume de que son las dos unicas ciudadades asirantes que no tienen por ahora selllo olimpico, una manera de querer hermanarse en un mismo objetivo, que a este lado del Atlantico se ha encontrado y se encuentra con urgentes realidades. La candidatura neoyorkina ha ido perdiendo fuelle despues de que el informe del Comité Olimpico Internacional repitiese lo que NY le habia dicho. El estadio olimpico, a fecha de hoy, es todavia un proyecto inacabado y prendido de alfileres a la espera de la ultima decisión.
Blomberg y su delegacion acaban de anunciar a los cuatro vientos su proposito de despedirse de Nueva York cuando sean aquí las cinco de la madrugda, del viernes 1 de julio. La cita con las televisiones esta pactada en la terminal del aeropuerto desde donde a esa hora facturando equipajes ponen todas sus miradas en Singapur. Para mas dolor de corazones, las doce horas de diferencia en los relojes de Nueva York y Singapur pueden aguar un poco mas del final de la orquesta. A las diez de la noche del cinco de julio pantallas gigantes de televisión abriran la fiesta en el Rockefeller Center… gracias a que la ciudad no duerme… a las siete-siete y media de la mañana aquí del dia seis, podra saberse si el esfuerzo a merecido la pena.
La fiesta, como la musica, va por barrios pero no acaba siendo aquí ni mucho menos solidarida, ni por supuesto, ha conseguido llegar a sonar al unisono. La candidatura neoyorkina se ha conformado con hacer poco ruido en estas ultimas horas. El reloj gigante y de cuenta atrás en la estacion central ha encontrado un ritmo tampoco contagioso como las convocatorias que los organizadores han cursado para correr por el central park. Los autobuses a duras penas consigue atraer la atención sobre los signos olimpicos que llevan adosados a sus reclamos publicitarios- Y la fiesta que en la plaza Rockefeler se anuncia para seguir de noche y en directo las decisiones en Singapur es todavía una fiesta de tan bajo perfil, que ni la musica de anuncio se atreve acabar sonando como el himno quer quisiera interprear la orquesta olimpica.