Cuenta atrás, con estrellas y millones, confundidos en una extraña y singular entrega de premios que colocan a Beverly Hill y a la Meca del Cine a las puertas de una noche sin luces ni candilejas. Los GLOBOS DE ORO, los premios que reparte al Asociación de Críticos Extranjeros de Hollywood, van a pagar en esta su 65 edición las consecuencias de una huelga de guionistas que sigue sin levantar el pie del acelerador. La única esperanza que tiene Javier Bardem, español candidato a recoger el Globo como mejor actor secundario por su trabajo en No Country for all Men -cinta dirigida por los hermanos Coen- será escuchar su nombre en la rueda de prensa que durante una hora retransmitirán en directo los medios que lo deseen cuando sean las tres de la madrugada en nuestro horario peninsular. La cadena de televisión NBC –que pagaba por la exclusiva- está que echa chispas. Su intención dicen era emitir durante tres horas una gala descafeinada desde un principio, requerimiento que los organizadores consideraban ilógico aunque su productora solicitaba a añadir un millón de dólares a los cuatro que de siempre ha pagado la cadena. La ciudad de Los Angeles ha calculado que serán 60 millones de dólares las perdidas que sumaran esta singular entrega de los Globos de Oro
domingo, 13 de enero de 2008
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