domingo, 9 de mayo de 2021

Adiós, Pepín: secretos de alcoba.


     Fue su encargo, un corderito de Pablo con un costillar del que no dejó ni las raspas. Fue su tarde y después de noventa años, su otro día glorioso. Así era mi tío, siempre dispuestos y preparado a poner los puntos sobre las íes Era su sino, flotar como el corcho. Vivir y dejar vivir para hacer realidad lo que su intocable maestro Torcuato le había enseñado en la Universidad de Oviedo: nadar y guardar la ropa, saber estar en la esencia del poder.

    José Bernardo Díez Rodríguez fue para todos Pepín. Y lo fue no por ser pequeño sino porque para ser grande necesitó de complemento. Pepín sin Marina, Marina sin Pepín no llegaban a ser Astorga. Se quedaban a medias, como ahora se quedará Marina recordando para siempre lo que pudo ser el intento de su última noche romántica. El abrazo tembloroso con el miedo a caerse y esa definitiva confirmación de no ser aquellos enamorados con veinte años.

    Pepín y Marina se habían querido siempre. Hasta se jugaban la vida y jugaban con la vida de quienes les acompañaban. Los nueve años de novios fueron un deambular por la cuerda floja. Los cafés a deshora quitando tiempo para "las fajas", un peligro de muerte. Las visitas a la Forti con el cruce de la "gran presa", una temeridad para los sobrinos más aventajados. 

    La llegada a Madrid de casados, una puerta abierta para todos. Y mientas José, Marina y Jimena esperaban  tocar tierra, padres, hermanos, sobrinos y familiares vivíamos felices y comíamos perdices. Pepín y Marina, Marina y Pepín. Tanto monta, monta tanto. Ellos han conseguido la cuadratura del círculo. Hicieron de Villafranca, Astorga. Y de Astorga, Villafranca. Nos hicieron ser más grandes y hasta disputarnos preferencias.

    Para ser Pedrocarlos o Mariapuras debíamos hacernos médicos. Demasiado para estos tiempos de pandemias. Pepín sabía consolarnos, provocarnos... Casi casi, sobrinos, estáis a la misma altura. Y asi nos metía en el bote. Sin darse cuenta, o dándosela muy bien, que lo más bonito que nos regalaba era su sonrisa, ese estar en la esencia, mantenerse fiel al principio del corcho... para seguir flotando, para hacer más fácil su adiós, su despedida camino del cielo. 

viernes, 18 de octubre de 2019

MARUJA EN COCINANDOS

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Descripción generada automáticamente            Soñar no tiene edad. Y soñar cocinando es un placer reservado solo a unos pocos. Cuando sueñas viajas en el tiempo. No hay fronteras no tienes limites. Soñar te da tanta libertad como crear. Si el sueño y la creación se dan la mano, algunos hablan entonces de  magia.  Momentos mágicos, diferentes, reservados solo a los pequeños genios. A quienes están enamorados de lo que hacen. Del trabajo de cada día que, sin resultarles aburrido, lo convierten en diferente. Han nacido para ello o han descubierto su verdadero camino. Descubren la ilusión de compartir. Necesitan conocer y disfrutar de cada reacción. En aquel rincón, en ese plato, en esa receta diferente, han pasado muchas cosas y casi nadie ha llegado a darse cuenta que ellos han sido los primeros.    

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Descripción generada automáticamente            Juntar a Maruja Botas, Yolanda León y Juanjo Pérez en una cocina es un reto difícil de conseguir. Maruja se ha hecho siempre la remolona. Tan remolona que siendo siete veces novia maragata se ha quedado para dulcificar caldos. Y que oficio tiene la buena señora. Es la cocinera por excelencia de los guisos maragatos, del cocido en el que nadan carnes mientras convierten en mantequilla los mejores garbanzos que comerse puedan. Es la dueña y señora de Castrillo de los Polvazares. Oficio no le falta a sus 87 primaveras. No presume mas de la cuenta, aunque la historia todavía le tendrá que hacer justicia. Como su pueblo, como los cocineros leoneses.

            Yolanda León y Juanjo Pérez abrieron hoy las puertas de su cocina a una institución que gusta de quedarse en casa. Sus palabras fueron de asombro, de admiración ante tanto derrroche de fuerzas. De juventud y de futuro. No es Cocinandos una cocina cualquiera. Su idea es tan suya como tan nuestra, tan sorprendente como quererse quiera. Sencilla porque también las gentes de León no se van tirando el moco, ni sacando pecho mas de la cuenta. Hay trabajo, siempre trabajo, y mucho respeto a lo que fue y puede ser una cocina de autor aunque pueda tener como referencia unos garbanzos en el puchero.

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Descripción generada automáticamente            Maruja se ha sentado a la mesa en Cocinandos. Le han mimado, le han querido y hasta le han puesto un cojín que ella ha utilizado de alzada. Pequeña, que no menuda, daba la impresión de necesitar ver las viandas desde arriba. Callada, admirada, escuchando. Escrutaba cada palabra y ponía de su cuenta la manera personal con la que sorprender a cada uno de sus sentidos. Primero fue la morcilla liquida lo que le obligó a dar un salto en el vacio. Después no quería botillo pero acabó por descubrir cómo se puede hacer guiños a los huesos deshuesados entre coliflores de colores.

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Descripción generada automáticamente            Yolanda había hecho primero un paseo presentación del que Maruja ya quedó sorprendida. Las cocinas de Cocinados son tan grandes como todo el pueblo de Castrillo. Sin piedras, sin ese color de ocres y rojos con los que el pueblo maragato se regala al caminante. Pero con secretos, con ollas en las que cuecen manjares diferentes, solo hasta hace un minuto tan iguales a los que vimos en el mercado de la esquina. Entonces es cuando ella pregunta, se asombra del equipo, del personal que atiende y que se esmera en dar a cada uno lo suyo. Que dineral piensa para sus adentros, para su manera de hacer y de existir. De esa su filosofía del yo me lo guiso y yo me lo como 

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Descripción generada automáticamente            ¨Estoy empeñada -confiesa al fín Maruja- en no dejar morir lo que me enseñó mi madre. Ahora me ayuda mi sobrino, Ceferino, porque sola no podría. Hace cuatro años todo empezó a ser diferente. Aquel primer casino en Castrillo, la sala en la que mi madre vió jugar tantas partidas y mi padrastro se quejaba de tener que aguantar al ultimo socio que llegaba a la una cuando tenia que cerrar... Aquel casino y aquel salón han terminado siendo mi comedor.  Solo dos, solo fuimos mi madre y yo. Empezamos dando cenas, Y llegaron los militares, y los veraneantes y media Astorga a comer y a cenar. Medio siglo desde entonces. Y el cocido, cocido que mi madre preparaba de madrugada…¨

            ¨Este caserón -terció Juanjo sin mediar conversación- tiene historia para dar y no parar. Empezamos aquí cerca, hace ahora 16 años. Yoli y yo nos conocimos en Arzac. Acabé allí descubriendo que me gustaba la cocina. Ella llegó a hacer practicas. Cuando la vi, me dije, será mi mujer. Y aquí estamos, empeñados pero felices porque hacemos lo que nos gusta. Este caserón -uno mas de los 300 propiedad del ayuntamiento- ha sido albergue, hospital, residencia militar… Un documento de 1800 dice que estaba destinado a dar cobijo a pobres mal olientes y franceses que para el caso son los mismo. En 1804 era el mismísimo Napoleón quien hasta aquí llegaba… ¨      

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Descripción generada automáticamente            Un final feliz es tan importante como un principio de impacto. Es una regla para casi todo. Al salto en el vacío de una morcilla líquida hay que darle una vuelta con tirabuzón de mortal y medio. Pescado y pichón no admiten sucedáneos, pero en los postres… Hay que lucirse y ser tan original como diferente. Al todo esta inventado siempre puede dársele una vuelta. Maruja sabe hacer unas natillas que saben a eso, y presume de hacer todo tan verdad como las verdades que los Botas han repartido por medio mundo. Yoli y Juanjo prefieren la complicidad de sabores y texturas. Lo mismo un algodón que unas heladas frambuesas maragatas. Todo vale si además a la sorpresa se le añade un melocotón Melva pasado por las brasas. 

            No hay que confundirse, hay que saber aprender a soñar. Dejarse llevar por la magia, por esos juegos malabares que esconde los platos. Las creaciones que no podemos hacer en casa, porque solo están reservadas a unos pocos. Maruja, Yolanda y Juanjo han vuelto de su viaje, de esos viajes que son capaces de compartir entre quienes se sientan a sus mesas. Hoy fue Cocinandos, en León. Mañana, Maruja, en Castrillo de los Polvazares. Y siempre, sin cerrar los ojos ni el paladar, a tantos que como ellos nos ayudan a volar y descubrir para que fueron hechos los sentidos.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Trump, grande otra vez

    Siempre hay una primera vez. Los demócratas estadounidenses se han cabreado tanto con el presidente Trump que le han dado la espalda antes de que dejara la tribuna de oradores. Trump es especialista en hacer muchas cosas mal y diferentes aunque sea la primera vez. Desde hace cuarenta días, el primer empresario multimillonario y sin experiencia política que se sienta en el despacho oval de la Casa Blanca es incapaz de pasar desapercibido. Trump es mucho Trump y en esta su primera noche de gala en el Capitolio estadounidense no ha defraudado. Ha vuelto a no dejar títere con cabeza. Este no era el tradicional discurso del Estado de la Unión. Era simplemente una comparecencia modelo Trump para decir lo que hasta hoy no se había atrevido a decir ningún presidente. Este país está hecho unos zorros. Es el hazme reír de socios y aliados. El tonto útil  que paga lo que otros rompen. Que da y reparte en ayudas a terceros países los millones que no gasta en arreglar su patio interior. Que acepta y se le  cuelan terroristas escondidos en forma de emigrantes sin papeles. Y que para colmo de los colmos,siendo el guerrero del mundo, no gana una guerra desde los casi 250 años que sus bravos soldados dan la vida por este país hecho hoy una mierda. Oír al presidente Trump presentarse como única solución a este lúgubre  panorama pone los pelos de punta. Sus soluciones son tan detalladas como los twitters que escribe a todas horas. Gracias a Dios, Donald Trump está en la torre de control ahorrándonos ya  millones de dólares. Consiguiendo que las grandes empresas estadounidenses vuelvan a estar a un paso de crear  cientos de miles de puestos de trabajo. Que la bolsa de valores sea una auténtica caja de caudales desde el pasado veinte de enero.. Que el crimen y el tráfico de drogas estén camino de convertirse en historia pasada. Que las minas de carbón vuelvan e echar humo porque hasta  para combatir el cambio climático grandes oleoductos atravesarán de norte a sur la que fue tierra prometida. Una gran nación a la que parece haberle llegado también el circo y la pandereta. Y para que no  falten gradas, pronto habrá un gran muro con la frontera de México. Así es el trumpismo de Trump que va a cambiar el mundo empezando por arreglar el estercolero que ha recibido como herencia. Ahora –no lo dijo Trump, pero me hizo pensarlo- solo falta también que empiecen a crecerle los enanos casi tanto como lo grande que sigue pregonando hará los  Estados Unidos de América.

viernes, 17 de febrero de 2017

¡¡¡¡¡Paguen a la Infanta!!!!!

      Que fácil resulta hablar de la libertad ajena cuando no somos nosotros los que hemos dado con nuestros huesos en el banquillo de los acusados. El caso Nóos acaba de proporcionarnos su primer punto y seguido después de once años de investigaciones y ocho meses de trabajo para dictar sentencia. Las primeras reacciones y editoriales hablan de la independencia judicial y del exquisito comportamiento de la Casa Real. Solo con estas premisas parece lógico pensar que ya podemos dar vuelta a la historia. Ochocientas páginas detallan dónde, cómo y quienes hicieron lo que no debían. Cada delincuente tiene la pena que corresponde a su delito. Hay explicaciones para casi todo, incluso sanciones económicas pagaderas a plazos para no esquilmar los supuestos precarios  capitales de quienes en su día fueron duques, presidentes, consejeros, funcionarios y economistas de postín. La sentencia Noos reparte justicia para todos. Incluso para la acusación particular, el sindicato Manos Limpias, condenado a pagar las costas de las señoras que como consortes sufrieron en sus carnes la injusticia de la recriminación popular. Una vez más lo fácil sería hacer leña de los árboles caídos, demostrar hasta dónde el cainismo popular es moneda de cambio. Menos mal que todavía hay un atisbo de esperanza. Disfrutamos de la independencia de la justicia y de la exquisita imparcialidad de la Casa Real. Y como pecadores que fuimos y que seremos, el abogado Miquel Roca nos recuerda que ahora debemos dinero a la Infanta Cristina. Espero que Hacienda no tarde tanto como nosotos  en saber que la Señora era inocente y le devuelva a la mayor brevedad los 300 mil euros que calcularon de más haciéndose verdad el viejo slogan: Hacienda, somos todos. Hasta los mal pensados.

jueves, 10 de noviembre de 2016

EEUU: pesimismo o sueño

            El llamado sueño americano ha dejado paso al pesimismo estadounidense. Es una realidad, lo que empezó  a ser charla de café ha terminado instalándose en la más cruda realidad. Una mayoría de estadounidenses, los que se toman la molestia de elegir a los presidentes, han acabado creyéndose a pies puntillas que ellos serán la primera  generación que tendrá que aguantarse con vivir mejor que sus hijos. Algunos incluso, los muchos que mudaron su voto del partido azul al iluminado Donald Trump, están ya convencidos que viven peor que sus padres. Ese es el problema. Lo  que las encuestas no acabaron de valorar, lo que por añadidura complicaron dos candidatos que no eran lo mejor de cada casa. 
            Estados Unidos acaba de despertarse en su nuevo mundo desalojando de la Casa Blanca al primer afroamericano y reinstalando en ella al primer presidente que ha ejercido de multimillonario. Es la contradicción de las contradicciones en un gran país que vive de contradicciones. La crisis ya no la resuelven los políticos, ya no está en manos de los de siempre. Los pobres y desesperados, los que no dan un duro por el futuro de los suyos han dicho que prefieren que un rico bocazas sea quien les saque las castañas del fuego.
             Donald Trump no es tampoco un rico cualquiera. Es lo que había, pero lo suficiente para dar la bofetada al sistema. No ha contado ni más ni menos. Es más, no ha contado ni hacer un examen detallado de quién  en ocho años acabó dilapidando el sueño americano. Descubrir antes de votar quien fue el responsable. Si fue Obama o fue un Congreso republicano.. O fue usted o fui yo. Lo más sorprendente ha sido  descubrir que no solo Trump ha salido beneficiado de la confusión. Lo más sorprendente es saber que el partido republicano, el mismo que lamentó prestarle al millonario  su patente y  decidió incluso dejarle solo ante el peligro, se ha instalado en el Congreso en tan cómodas mayorías como para hacer y deshacer lo que le venga en gana.
            Si alguien es capaz de entenderlo que levante el dedo. Hasta ahora ver a los Clinton en color de cuarema, al presidente electo de la mano de la que será primera dama paseándose por los despachos de Washington y al presidente Obama cantar las excelencias democráticas reafirmándose en su fe en las instituciones son obligadas referencias del mañana. Futuro o pasado, quién sabe si el problema es solo de palabras o  nombres, esperemos que no sea de personas, aunque seguramente si es de ideas, de pesimismo o de sueños.


jueves, 13 de octubre de 2016

SER RETRÓGRADO

Hace años llamábamos “retrógrados” a las personas que se quedaban ancladas en el pasado. La condición no la daba la edad, ni el sexo ni tan siquiera la situación económica. Llamábamos retrógrados  a quienes no comprendían que el mundo giraba y daba vuelta más deprisa. A esas muchas gentes que añoraban el ayer porque simplemente huían de las ideas del presente.
                               
                                                          BOB DYLAN, LO MEJOR  (pinchar para oir y ver)

   Eran retrógrados los fascistas, los que llevaban bigote como aquel dictador que acabó con su propia vida para no tener que enfrentarse a sus  propios actos. Retrógrados las gentes de la derecha que no entendían como un porro hacía más libres y  Marx ayudaba a pintar el  arco iris del futuro. Eran retrógrados los que no estaban en la movida y creían que en un cercano mañana las calles serían verdes y los árboles encarnados.
    Esta jueves de octubre, sin haber pasado tanto tiempo y mirándome al ombligo,  Bob Dylan y los muy ilustres académicos suecos  me han hecho finalmente sentirme retrógrado. Es verdad que llevo algunos años deambulando por los sinuosos caminos de la interpretación humana. Trato de mirarme por dentro y cada vez me voy gustando menos. Cada vez me parezco más a lo que siempre he detestado aunque soy consciente de no ser igualito  por fortuna.
     Bob Dylan es hoy el flamante premio Nobel de Literatura 2016. Así como suena. Nobel de Literatura por la mucha poesía que siempre destilan sus composiciones musicales con las que  ha tratado de arreglar el mundo. Así entendido, su producción literaria es inmensa y su obra se remonta al siglo pasado cuando “silbaban las balas”, lloraban los niños, morían de hambre los desheredados y muchas soluciones las llevaba “el viento”.
    Lástima. Algo de todo eso me ha pasado hoy  a mí en un abrir y cerrar de ojos. Cierto es que la procesión ya iba por dentro. Había notado que mi antídoto contra el peligro que entraña anclarse en el pasado era  menos eficaz. Empecé a notarlo ese día que me jubilaron y me animaron a reinventarme. Si, hombre, con cincuenta y pocos años uno está en la flor de la vida para empezar de nuevo. Usted ha estado confundido. Sabe escribir, pues haga música. Sabe dar conciertos,  venda casas. Ha estado en un banco, hágase entonces emprendedor...

  Los suecos nos han venido esta mañana a dar la razón. Estábamos equivocados, han estado equivocados los cientos de académicos que en el mundo son si todavía no han entendido que casi todo  gira del revés. Que un literato es el que escribe obras de arte musicales, que un compositor es el cocinero que acierta en su sinfonía de sabores, que un payaso es quien puede estar corriendo por alcanzar la presidencia de los Estados Unidos. Eso es no ser retrógrado: es solo entender el presente. Y estar satisfechos con el futuro que viene. No plantearse demasiados interrogantes porque - hoy como ayer-  las soluciones las lleva el viento. Y en caso de duda, las resuelven de un plumazo los académicos suecos.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La primera castañuela

   Hasta hoy, había pensado que solo se es huérfano una vez. Llevo todo el día pensando lo contrario y además me ha dado por llorarlo. Había aparcado esto de escribir como mis ilusiones por contar y ver de cerca lo que pasa. Esperaba el milagro y llegó. Primero fue como un primer aviso, la llegada de Francisco a la base de Andrews tuvo para mi un efecto bálsamo. Era un sueño pero real, un volver a un ayer del que no ha pasado tanto. Esta mañana, lo confirmé. Se me caían lágrimas viendo como los niños eran llevados en volandas hasta un ¨papamovil¨  reconvertido sin saber explicarme la razón. No ha tenido que pasar demasiado tiempo para encontrar el por qué de lo que ha terminado convirtiéndose en llano: la primera castañuela está luchando contra la muerte en un destartalado hospital de Vigo donde solo queda la morgue y los enfermos en medio de un polémico traslado. Mi tia Cari cierra y abre un círculo que hasta hoy estuvo blindado en lo más profundo de mi corazón. Es tan milagroso que siga latiendo el suyo como que yo haya terminado convirtiéndole en la otra mama que no se ha ido. Poco mas de un año. desde que se fue mi general, este mes de septiembre vuelve a dejarme sentir la horfandad del hijo que vuelve a quedarse solo. Gonzalo era el otro papa. Cari la otra mama. Y como siempre se están marchando sin tiempo para atar cabos, sin cerrar historia o hasta sin abrirlas porque la vida puede ser larga pero siempre resulta corta. Este miércoles cuando ¨mama¨ está sedada y casi entreviendo las luces que por estas tierras reclama Francisco, este miércoles  ¨mama¨ solo quiero que sepas que siempre serás mi primera castañuela, la que se iba a Cuba y se quedó en casa y sin perdices porque al abuelo lo trajeron muerto de un accidente de caza, la que se casó feliz y lloró pronto al amor de su vida después de tanto pelear por salir adelante, la que fue viuda con la viuda mas viuda que llevó a su lado y disfrutamos  todos sin nunca decirnos el sagrado secreto de la amisrad (1), la que aprendió a sufrir por si era poco sabiendo lo que nadie quiere que le pase en vida cuando una hija se adelanta… Hoy ya se por qué estoy con lágrimas en los ojos, ya se por qué sigo sin darle la espalda a la esperanza…  Es porque miro a la primera castañuela, la que he sentido siempre cerca porque cerca la tuvo mi Mami, la que me llevo a las playas de Samil y la que voluntariamente resucitaba este pasado verano...  En fin, ya sé  -como tu sabes-   por qué me quedo con ganas de volver a mirarte a los ojos  y por qué siempre nos quedamos  con una pila de preguntas para reconstruir la Historia. Ley de vida, ley de castañuelas.  

(1)    Mi abuelo Nicolás murió en un accidente de caza del que nunca se habló en mi familia.  Hubo una constante, un permanente recuerdo: una novia –mama-  vestida de negro para la que nunca existieron armas ni cazadores. El abuelo fue a cazar para que tia Cari llevase a su viaje a Cuba las mejores viandas. Un perro, una escopeta, un disparo en retroceso…. Nicolás regresó a casa con los pies por delante en un colchón y envuelto en sabanas. Final de la historia.

Este verano y después de más de sesenta años la Historia parece ser diferente y me ha dejado con  ganas de que alguien de los que ya se ha ido ¨regrese¨ para contárnosla. Esa es la soledad infinita en la que se quedan  los huérfanos. La eterna y constante necesidad de saber, la dicha de poder acomodar el desconocimiento a nuestro libre albedrio, el milagro final de saber que la ultima respuesta es la que puede estar en el siguiente repique de una castañuela.

jueves, 5 de febrero de 2015

La Mallorquina, a cien años

          Tenía que ser una foto y tenía que ser en el ¨whatsapp¨ familiar. Esta mañana, cuando abría los ojos y sin mantecadas que llevarme a la boca,  ¨los mallorquinos¨ fueron toda una aparición. Otro premio, uno más,se adelantaba a los cien años que La Mallorquina cumple en 2016. Lástima que Pepe no llegara a ver lo que otros trataremos de que no sea un centenario que pase por alto. La Mallorquina es tan Astorga como Pedro Mato en lo alto de su catedral. Si no existiera habría que inventarla, pero sin Pilar y ¨Pepe Mallorquina¨  ya no sería lo mismo. Tendrán que perdonarme, pero para mi decir La Mallorquina es decir Astorga, es como decir mantecadas. Hace muchos años, casi los mismo que yo tengo, casi los mismos que pasaron Pepe y Pilar al frente del timón mallorquino, decir mantecadas era el obligado santo y seña para entrar o salir de la ciudad. Los últimos cien años de la bimilenaria Astorga no se pueden escribir sin La Mallorquina. No se pueden escribir sin Pepe, sin Pilar y hoy sin Gonzalo, sin Fernando o sin Luis. Y sin ustedes, sin nosotros, y hasta sin los que ya se nos han ido.  Ellos,  desde el más allá, confirman  que la vida en el cielo, sin mantecadas y sin Astorga, no es vida.  (Mama hoy Pilar no ha tenido que meter en mi bolsa  tus bollitos de canela. Solo quiero mantecadas, ya sabes.  Un beso)  

miércoles, 17 de septiembre de 2014

A la orden, mi general

      A la orden, mi general. Debe ser un mal de familia: no se lo creen. Son como son. Revillo y punto. Y hasta en eso, también son de otra pasta. El general era Gullón, como mi padre, como su madre de la que siempre fue el niño mimado. Gonzalo no nació general, pero si nació el primero para que todos sus hermanos aprendieran pronto a marcar el paso. No eran tiempo fáciles para quienes venían al mundo sin saber que iban a vivir una infancia de guerra entre el olor a tinta fresca y con la cama encima de una imprenta. Nunca nos hablaron de la guerra, ni tan siquiera mi abuelo Magín,  quien por criticar más de la cuenta al gobernador de turno supo de lo que eran los paseos sin vuelta desde el hoy Hostal de San Marcos. Ellos ahora ya están juntos.  Sin ruido, porque seguro que en el cielo tan solo siguen diciendo que son los Revillo.  Cada vez son más, pero siguen sin creérselo. Esta noche Gonzalo, el mismo día que era su 88 cumpleaños en la tierra, habrá soplado las primeras velas de su nueva vida. Será mucho imaginar si alcanzo a mandarle un recado. Tío Gonzalo, hoy tienes que saber que tendrás que aprender a volar un poco más solo. Déjanos todavía disfrutar de tía Carmina un buen rato. Ya sabes, como cuando hace muchos años me abriste las puertas del futuro nada más bajar del tren en Chamartín antes de ir a la Universidad. ¨Empiezas una nueva vida -me dijiste- Si te pasa lo mismo que a mí cuando fuí a la Academia Militar de Zaragoza, ya nunca volverás a casa¨. Siempre te conté que ese mismo día a punto estuve de coger el tren de vuelta. No lo hice, por eso hoy lloro a un segundo padre que se ha ido a otro viaje sin billete de vuelta.  

martes, 26 de agosto de 2014

...que me entierren en Astorga

   Si, ya sé que no le importa a casi nadie, pero para mí es importante que me entierren en Astorga. Mis
seres queridos, los que ya no están y descansan debajo de la losa a la que mi hermana María José acaba de poner encima unas margaritas blancas, mis seres queridos eran de la misma idea que acabaron haciendo realidad. Mi padre quería descansar junto a su padre. Y mi madre junto a su marido. Ella se salió con la suya, no digo que por mi intervención, pero mi padre se quedó con las ganas.  Mama hizo sus cálculos en voz baja.  Trajinó con cajas y muertos por doquier y decidió cual sería su futuro. Si mi padre descansaba junto a su padre, mi madre no podría descansar junto a mi padre.   Faltaba sitio, solo cabía un muerto en la tumba del abuelo. Y como el que primero marcha, no tiene opción a decidir, mi madre cambió las voluntades para salir airosa en la que podía ser la última palabra.  Todo quedaba en casa, se dijo. El panteón familiar son dos tumbas pegadas pared con pared en el cementerio de Astorga. Lo que de noche pueda pasar en una fosa, seguro que se enteran los vecinos de la otra. No está claro que nadie vaya hacer ruido en las ruidosas tierras maragatas, aunque algún coño seguro que ya ha escuchado carbonines por tan osada decisión. A mi, poco me importa. De momento, mi deseo pasa por incinerarme para ocupar menos sitio y llegado el caso hasta repartir las cenizas. Un pedazo junto al abuelo, otro, junto a mis papis y otro –si quiere que no querrá- que se lo quede Nuria a la que garantizo larga vida para hacer finalmente lo que se le venga en gana. Así son las mujeres, incluso para que los hombres puedan fiarse después de muertos. Ellas cortan el bacalao pero también son únicas en multiplicar los recuerdos. Como Maria José, como mi querida hermana mayor capaz de recordar como ella solo sabe lo que son las viejas y mas bellas tradiciones. Angelines y Juan Mari tenían siempre un minuto para visitar a los suyos. Lo hicieron hasta cuando los suyos criaban malvas en un cementerio, hasta cuando no se levantaban para darles un beso y agradecerles esas flores que durante meses dejaban sobre la piedra como mejor señal de que –yo como ellos- quiero que me entierren en Astorga.     

jueves, 29 de mayo de 2014

Enhorabuena Enya

     



Hace dieciocho años, pasé trescientos sesenta y cinco días escribiendo en siete lineas lo que imaginaba podía pasar por la cabeza de mi hija recién nacida. Guardé ese libro como quien guarda oro en paño. Mi intención era regalarle a Enya un manual de recuerdos a los que sumaria, como hoy, historias vividas juntos. Vida a borbotones, como esa juventud que ahora pasea  por el mundo convertida en su propia casa. Este 29 de mayo de 2014, Enya ha terminado dando un esquinazo a la niña que siempre pido lleve dentro. Este jueves de mayo, mes de las flores y mes de Maria cuando yo tenía sus años, este jueves ha lanzado  su primer birrete al aire.  Estaba feliz  y estábamos felices. Fue solo un instante, pero en mi caso parecía toda una vida. Lástima no poderlo compartir con los ausentes.  Los que están lejos y nos esperan en un más allá del que parecía estar prendida  la bandera de las barras y las estrellas. Enya este jueves de mayo se ha graduado con honores en algo que en mis tiempo llamábamos bachiller. Ese día, los maestro de
siempre, los curas de sotana o los frailes con guardapolvo y babero nos anunciaban la buena nueva. Hoy señores –nos decian- se han ganado poner el don delante de sus nombre. Extraño privilegio en un país donde Franco decidía por todos y cortaba el bacalao como nadie les ha enseñado a cortarlo a los graduados estadounidenses. Esta mañana, en Washington DC, a Enya y a sus compañeros de la promoción 2014 les han hablado de libertad y de justicia, de solidaridad y de compromiso. Hay valores que por repetidos en la vieja Europa hemos preferido ignorarlos. La diferencia salta a la vista . No hay que dar por sabido lo que mañana puede y debe cambiar el mundo. Repetirlo no debería ser nunca un mensaje manido ni extraordinario. Libertad, justicia, solidaridad, compromiso. Son valores de siempre que aqui y ahora repiten por doquier al tiempo que forman parte indisoluble de un siempre criticado y cuestionado sistema educativo. En todas partes cuecen habas, dicen en mi pueblo.  Puestos a elegir, me quedo este jueves de mayo mirando a los ojos de Enya. Lástima que entre idas y venidas  haya acabado perdiendo el diario que te escribí hace dieciocho años. Hoy en algo más de siete lineas, en tu alegria y en tu decisión de ser cada dia mejor, acabo solo ayudándote a poner un punto y seguido. Enhorabuena, hija. Enhorabuena Enya. 

sábado, 8 de febrero de 2014

ABORTO LIBRE Y GRATUITO





Hay imágenes que lo dicen todo…  Estas fotografías son parte de esa España real que no suele salir en los periódicos extranjeros. Son tan reales, que son en color y no necesitan del blanco y negro para darnos cuenta de cómo un país puede enredarse en sus telarañas a veces sin tan siquiera  ánimo de ofender. Está nuestra España hecha unos zorros pero algunos siguen empeñados en ponerle puertas al campo. Ahora que una Infanta hace ¨el paseillo¨ y la voces se acallan como llevadas por la distancia, el grito del aborto libre y gratuito puede chocarse de bruces con estampas que ya creíamos del pasado. Al Papa Francisco le gritan desde Naciones Unidas pidiendo que acabe con los pederastas. A la infanta Cristina le llaman choriza y otras cosas con las que muchos piensan compensar sus iras… pero en las calles de Madrid un cura de los de siempre –con sotana, bastón y almas caritativas guiando sus pasos- alcanza tan solo a llegar a la acera de una calle llena de otra marea religiosa. Al final, todas las ideas que en el mundo son parecen estar llamadas a confluir en una misma avenida. Es  la vida aunque -como dice mi amiga del alma- algunas veces se dan la mano en el momento y en el lugar más inoportuno.