martes, 7 de noviembre de 2006

ELECCIONES 2006. A LA ESPERA

La abstención, el fantasma de la abstención es una de las preocupaciones de los demócratas y republicanos que este primer martes de noviembre estan jugándose las mayorías del Capitolio de Washington, el reparto de gobiernos y camaras estatales y ese pretigio de poder decidir las agendas políticas… George Bush sabe que un voto puede ser hoy fundamental para las aspiraciones de todos, por eso cuando cumplia acompañado de su esposa Laura con la obligación ciudadana de acudir a las urnas, solicitaba a los estadounidenses hacer los mismo, fuese cual fuese su color politico. En solo una hora –las cadenas de television y radio, un pool de los medios de comunicación- conoceran en una sala cerrada e incomnicada de Nueva York el primer avance de lo que las encuestas a pie de urna adelantan como posible resultado de la que se promete una muy larga noche electoral… entre otras razones porque este pais como ya se sabe tiene cinco usos horarios diferentes y en esta ocasión hasta cincuenta grados centigrados de diferncia en los termomentros: desde los 7 bajo cero que soportan en la helada Alaska y los casi 38 que disfrutan en el eterno verano hawaiano. Un dato para que todo pueda ser posible, para poner al mal tiempo buena cara, o para disfrutar de ese sol arrebatador que podria convertir a la demócrata Nancy Pelosy en la nueva speaker de la camara baja… eso es como decir que los demócratas rompen su mal fario de trece años, vuelven a ser mayoria entre los 435 representantes que cada dos años llegan al Capitolio de Washington y se sientan a ver y esperar recuentos mas ajustados… la suerte de un Senado que al final esta pendiente de un hilo, de lo que puedan decir y decidir los ciudadanos de Montana, New Jersey, Missouri o Tenesse donde para demostrar que el mundo sigue dando vueltas, el lider republicano Bill Frits ha cedido el testigo de su liderazgo a un negro que desde el mas profundo sur, Harold Ford, podra dar mucho que hablar en la patria chica de Al Gore. Una historia singular como la protagonizada por dos heridos de guerra que desde Illinois –con bandera blanca y en silla de ruedas- siguen hoy todavía frente a frente. El hombre, Peter Roskam, y la mujer, Tammy Duckworth buscan sin las piernas que perdieron por granadas en Irak- el sillon de diputado que acabe siendo republicano o democrata-como ellos- tendra ya garantizado el recuerdo en Washington de una guerra de la que todos saben muy bien el principio y desconocen como siempre el final.

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