GANAR TIEMPO (26.07.2005)
Baltimore (MD) Denver (CO), Boulder (CO)
Dos horas y toda una estacion es lo que ganamos en el salto aereo de Baltimore a Denver. Viaje sin sobresaltos,. Cuatro horas que nos obligan a olvidar el verano ardiente para vivir el otono madrugador. Denver entre nubes y en la llovizna es una cudad sin horizontes. Tiene como capital del medio oeste un toque singular y caracteristico del quiero y no puedo. El Congreso estatal -llegamos a la capital de Colorado- quiere ser tan monumental como el de todos sus primos hermanos.
La cupula dorada consigue ser tan espectacular como su apariencia. Visitamos y paseamos sus alrededores. Hemos descubierto el Starbucks local cerca de la calle quince pero Denver no es la nina bonita en la que se convierte la cercana Boulder. Hemos alquilado coche en la compania Enterprise. Esta vez con muchas preguntas y gran admiracion por los que deseamos sean nuestro destinos: Colorado, Wyomin, Montana, Dacotas y Nebraska. Nos cambian el contrato pactado y nos anaden una clausula por la que pagaremos 20 centavos por cada kilometro que exceda los 150 al dia. 
Haremos numeros, pero por ahora ya estamos en Boulder sin conseguir un hueco para cenar en el Restaurante Frasca, el que pasa por ser el mejor del estado en las manos de uno de los diez cocineros jovenes mas brillantes del pais con la duda de haberse formado en las cocinas de algunos estrellados franceses. No hay suerte ni para reservar el 19 de agosto. Todo lleno, aunque de favor y ante nuestra insistencia nos hacen hueco para las nueve de la noche de ese ultimo viernes que sera antesala de nuestra despedida. Adios a nuestro primer sueno que por fortuna encuentra economico y sano acomodo en un Bets Wertern en medio de la nada, en el 770 28th St. y en lo que mas se parece a un cruce de carreteras donde la 17 en reconversion permanente de calles locales y destinos montaneros sera nuestro proximo destino.
Baltimore (MD) Denver (CO), Boulder (CO)
Dos horas y toda una estacion es lo que ganamos en el salto aereo de Baltimore a Denver. Viaje sin sobresaltos,. Cuatro horas que nos obligan a olvidar el verano ardiente para vivir el otono madrugador. Denver entre nubes y en la llovizna es una cudad sin horizontes. Tiene como capital del medio oeste un toque singular y caracteristico del quiero y no puedo. El Congreso estatal -llegamos a la capital de Colorado- quiere ser tan monumental como el de todos sus primos hermanos.
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La cupula dorada consigue ser tan espectacular como su apariencia. Visitamos y paseamos sus alrededores. Hemos descubierto el Starbucks local cerca de la calle quince pero Denver no es la nina bonita en la que se convierte la cercana Boulder. Hemos alquilado coche en la compania Enterprise. Esta vez con muchas preguntas y gran admiracion por los que deseamos sean nuestro destinos: Colorado, Wyomin, Montana, Dacotas y Nebraska. Nos cambian el contrato pactado y nos anaden una clausula por la que pagaremos 20 centavos por cada kilometro que exceda los 150 al dia. .jpg)
Haremos numeros, pero por ahora ya estamos en Boulder sin conseguir un hueco para cenar en el Restaurante Frasca, el que pasa por ser el mejor del estado en las manos de uno de los diez cocineros jovenes mas brillantes del pais con la duda de haberse formado en las cocinas de algunos estrellados franceses. No hay suerte ni para reservar el 19 de agosto. Todo lleno, aunque de favor y ante nuestra insistencia nos hacen hueco para las nueve de la noche de ese ultimo viernes que sera antesala de nuestra despedida. Adios a nuestro primer sueno que por fortuna encuentra economico y sano acomodo en un Bets Wertern en medio de la nada, en el 770 28th St. y en lo que mas se parece a un cruce de carreteras donde la 17 en reconversion permanente de calles locales y destinos montaneros sera nuestro proximo destino. 
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