viernes, 29 de enero de 2010

Jubilados


Cuatro años atrás, el gobierno que ahora se mesa los cabellos por retrasar la edad de jubilación prefería mandar a casa a los trabajadores que pasaban de los cincuenta. La idea de aligerar empresas públicas para maquillar resultados y soñar con el borrón y cuenta nueva fue práctica cotidiana en la España desarrolista. Los últimos gobiernos de la democracia han hecho los deberes sin preocuparse en exceso por los números rojos. Había caja y se podía tirar de la caja. Ahora, pagamos las conscuencias. No es oro todo lo que reluce, pero lo hemos descubierto demasiado tarde. No importa lo que diga ni el presidente del gobierno ni el jefe de la oposición. La realidad se palpa en la calle y en ese tejido supuestamente empresarial que en nuestro país brilla por su ausencia. Salvo cemento, pocas ideas y muy pocas multinacionales con vitola de casa que nos puedan ayudar a capear el temporal. A estas horas, la solución pasa por hacer lo contrario de lo que habíamos hecho en antaño. A falta de pan, sudores y lágrimas. Jubilaciones con menos dinerito y más trabajo con menos salario. A la fuerza, ahorcan. Nos hemos ganado a pulso la que se nos viene encima. Hemos sido más cigarras que hormigas. Ahora, hay que dar una vuelta de timón en un mar que no controlamos. Si queremo bajar nuestros precios para ser competitivos nos llaman aguafiestas. El euro es una autopista cuando mas necesitamos bajar la velocidad. El modelo es lo que se nos ha caido a trozos. Menos mal que somos europos y estamos en el mundo, pero -por desgracia- con ganas de seguir siendo diferetes. Y la diferencias, al final se pagan. Empezar ahora por añadir años a la edad laboral es un remedio que da risa. A mí, que me lo digan. Me mandaron a casa con cincuenta y dos y ahora rezo por volver a la empresa que me hizo el regalo cuando cumpla sesesenta y cinco. Esta mañana, cuando estaba reunido el consejo de ministros, daba saltos de alegría. Si su proyecto acaba siendo ley, me veo regresando a la radio con 65 para trabajar año y dos meses. ¿Podré volver a ser un corresponsal, un currito en la redacción central o me ofrecerán otro ERE tentador? Bueno, tiempo al tiempo. Hay que saber esperar para conocer qué deciden o si como hasta ahora, mañana todo es diferente. Lo más grave, lo más triste, es que antes de los diez años que nos quedan por delante se atrevan a cerrar una empresa que hoy siguen diciendo es una empresa de todos.

miércoles, 27 de enero de 2010

Obama levanta bandera blanca sin rendirse

La guerra de Irak se acaba en agosto de este año. Los soldados estadounidenses pueden empezar a pensar en regresar a casa. Ya queda menos. Incluso para el verano del 2011, los refuerzos que se han hecho llegar a Afganistán pueden estar de sobra. Barack Obama se ha hecho querer. Las guerra de Irak y Afganistán tienen las horas contadas. Lo ha vuelto a decir, lo ha hecho. Ha tenido que medir y medirse. Sopesar cada una de sus palabras y argumentos. Era su día. El día de volver a poner la pelota en juego tirando de bandera blanca pero sin redirse. Presentar ante el pueblo soberano su primer discurso del estado de la unión. Estaban todos, hasta unas estúpidas morcillas presidenciales para recordar que un primer negro y demócrata en la Casa Blanca tiene que ser diferente. Barack Obama ha querido ganarse la confianza de un pueblo harto de políticos y politiquerías. Uno de cada díez estadounidenses está sin empleo y viéndolas venir. Ese es el gran defícit que debe corregirse con urgencia. La confianza es la madre del sueño americano. Solo con ella se podrán sobrellevar realidades feroces. Hacer llegar el dinero a las clases medias. Aprovechar 20 mil millones de dólares que devuelven los grandes bancos para reconvertirlos en créditos blandos. Conseguir que los emprendedores y pequeñas empresas generen 2 millones de puestos de trabajo. Hacer de la educación una fuerza de futuro tan necesaria como las energías verdes o el ahorro presupuestario. Obama ha jugado todas las cartas y todos los palos. Ha tenido el mal gusto de advertir como gracia que su mujer trabaja por pena para conseguir que una buena alimentación logre reducir la obesidad congenita que amenaza al pueblo soberano. Esperaba aplausos republicanos donde no los hubo y hasta tuvo el detalle de decirlo. Al fín y al cabo, el es el presidente. El único que puede admitir que el solito no traerá nunca el cambio a Washington. El único que hace contornearse al juez Alito cuando pide al poder legislativo una ley capaz de corregir el desaguisado del Supremo. Desde ahora /palabra del judicial/ los millones de las grandes empresas tambien eligen presidente. Obama se crecía sin llegar todavía a las guerras. Si hay alguien con mejores ideas que las ponga encima de la mesa. No hay dinero, no lo habrá para gastar en sueños. Se congela el presupuesto del gobierno, se congelará el próximo año por si las moscas. Ya se han detectado más de 20 mil millones de dólares en gastos innecesarios. Los ricos pagarán más, pero no habrá subida de impuestos. Los ricos son quienes tienen sueldos superiores a los 220 mil dólares/año. Obama miraba al respetable y al final lo dijo. No, no seguiré haciendo la misma política que durante casi los últimos diez años nos hizo creere que arreglariamos el defícit dando el dinero a las grandes empresas y ayudando a los grandes bancos. El presidente bajaba del pedestal una hora larga después de haber llegado hasta la Colina del Capitolio. Solo Irán se ha quedado en el lugar de los malos y a los otros hay que plantarles cara con la libre competencia y sin ejes del maligno. Y con el desarme nuclear, cosa que con los rusos pudiera terminar en abril en uno de los acuerdos más sustancioso de la última decada. Kennedy y Reagan tuvieron su cita en esta primera comparecencía en la que no estuvo Edward. Me quede con la copla. Y con un pesado run-run que seguro pasarán por alto en muchos periódicos europeos y en los que se publican en el país de la que hoy en su presidencia. En los Estados Unidos de Obama se intentará que un estudiante no tenga que arruinarse por hacer una carrera. La idea es que ahora las universidades, como las empresas farmaceúticas o las de seguros médicos, se hagan hermanitas de la caridad. Ajusten precios y matrículas, se aprieten el cinturón -como todos- y echen una manita ayudando a quienes más lo necesitan. Como ya lo hace o tratará de hacerlo el gobierno de Obama. Atención a navegantes. Atencion a los hijos e hijas estadounidenses con aspiraciones a ser mañana universitarios. Tránquilos, muy tránquilos. Ahora podreís seguir soñando en futuro sabiendo que vuestras carreras se pagarán a cómodos plazos. La oferta cae del cielo. Tan solo debereís abonar el 10 por ciento de vuestros futuros sueldos durante los veinte años que siguen a vuestra titulación. Así como suena. Y si hay dudas, el ofertón. Si el trabajo del universitario es público o para las administraciones públicas, entonces se reducirá la deuda y podrá hacerse efectiva en tan solo una década.
Magin --
I just finished delivering my first State of the Union, and I wanted to send you a quick note.
We face big and difficult challenges. Change on the scale we seek does not come easily. But I will never accept second place for the United States of America.
That is why I called for a robust jobs bill without delay. It's why I proposed a small businesses tax credit, new investments in infrastructure, and pushed for climate legislation to create a clean energy economy.
It's why we're taking on big banks, reforming Wall Street, revitalizing our education system, increasing transparency -- and finishing the job on health insurance reform.
It's why I need your help -- because I am determined to fight to defend the middle class, and special interest lobbyists will go all out to fight us.
Help me show that the American people are ready to join this fight for the middle class -- add your name to a letter to Congress today:
http://my.barackobama.com/SOTU
We have finished a difficult year. We haveome through a difficult decade. But we don't quit. I don't quit.
Let's seize this moment -- to start anew, to carry the dream forward, and to strengthen our union once more.
President Barack Obama
DONATE

jueves, 21 de enero de 2010

Haití y otras calamidades


Alvaro Soto me llamó hace unos días. Miento. Primero fue un correo electrónico y después llegó la llamada. Mi casa de siempre quería recordar tragedias vividas y contadas en la radio. Detrás estaba Juan Ramón Lucas y su equipo. Quedamos en hablar en la madrugada del jueves. En días como hoy preperaba un especial. Para mí, especial y medio. Se trataba de saber si alguna vez pueden olvidarse las tragedias. Cuando he vuelto a escuchar a JuanRa, Alvaro y Fran he sentido escalofrios. La radio sigue siendo una droga, crea dependencia y hace milagros. Este jueves de madrugada he vuelto a ser adicto. Gajes del oficio, aunque sea vivido desde la cuneta de un ere irresistible. Llegó la hora. Me toca. El toro y el huracán Katrina saliendo por el callejón de los miedos. La radio en vivo y en directo. Adios, se va, se acaba... Y ahora, sin palabras, no sé ni encuentro la mejor forma para decir adios, para despedirme, para dejar que JuanRa, Alvaro y Fran vuelvan a ser quienes son. Ellos y otros tant@s amig@s que ya saben que son mis favoritos. Los seres humanos a los que más adoro porque siguen haciendo la radio de cada día. Gracias y que no decaiga.

¿Cuándo olvidaremos a Haití? (En Días Como Hoy)



miércoles, 20 de enero de 2010

Massachusetts vota republicano

Hace años, el presidente Truman se mofaba de las prisas periodísticas que le daban como caballo perdedor en las elecciones a la Casa Blanca. Ahora, en el estado de Massachusetts, un candidato republicano al Senado estadounidense repite la foto tan comedido como satisfeho. Scott Brown ha dado la campanada, por eso tiene derecho a sostener el periódico de la verdad sin necesidad de esperar a correcciones. El solito -y casi contra pronóstico- se ha convertido después de cincuenta años en el heredero natural del sillón de los Kennedy. Paradojas de la historia. Ahora, cuanto más necesitado estaba Obama de un león, acaba aterrizando en Washington un elefante en cacharrería. La victoria a los puntos de Brown llenará de tinta las hemerotecas. Un dia como hoy, hace tan solo un año, Barack Obama convocaba a juramento en la plaza mayor de los Estados Unidos. La esperanza del cambio no debiera ser flor a pudrirse en 365 días, pero los efectos de la crisis y los métodos elegidos por el presidente han hecho estragos. Los republicanos vuelven a tener la oportunidad de hacer filibusterismo en la Colina del Capitolio. Los demócratas ponen su mejor cara, aún a pesar de no faltar quien advierte de la necesidad de esperar a Brown para proseguir los trabajos pendientes. La reforma sanitaria -la que para muchos ciudadanos es menos que nada- vuelve a estar en la cartelera política de las desavenencias. Brown es todo menos tolerante con las prisas y con las reformas. Junto con la vitola de político desconocido ya hay quien le recuerda sus convicciones más conservadoras. La foto que no se hecho la cuentan los periódicos en letra pequeña. Brown más que sucesor del senador Kennedy parece ser digno heredero del mormón y presidenciable Mitt Romney. Lo que son la cosas. Desde 2002, desde que Romney fuese elegido gobernador de Massachussets, ningún republicano se había comido un rosco en uno de los estado mas liberales de la costa este. No es baladí, pero lo conseguido por Brown es digno de tenerse en cuenta. Kennedy revalidaba en 2006 su escaño por 38 puntos de diferencia. Obama ganaba a McCain por 26 en noviembre del 2008. Hace solo unas horas, a la espera todavía de resultados oficiales y definitivos, Scott Brown ha endosado una manita de cinco puntos y recibido la felicitación de la aspirante demócrata Marta Coakley. Son los gestos, como las fotos. Gestos y fotos a los que se añade el aviso urgente del presidente Obama. Enhorabuena, senador Bronw, le espero en Washington con una agenda repleta de buenas intenciones.

domingo, 17 de enero de 2010

Haití... paren, que me bajo

Es la primera vez y me temo que no será la última. ¿Fue siempre igual? ¿Hicimos siempre lo mismo? Desde hace muchos años tuve la suerte-desgracia de vivir tragedias en primera fila. Nunca he visto la cara de la guerra, pero sí he tenido que contar en vivo y en directo como mi prójimo luchaba por salvar la vida. Esta semana he vuelto a recordar muchas historias de ayer y de siempre. Inundaciones, incendios, atentados, huracanes... Ahora no me gusta, no puedo ver o escuchar como contamos las desgracias ajenas a manera de extraterrestres. Debe ser una profesión de mierda la que obliga a coger una cámara, un micrófono, una pluma para evitar dar paletadas de esperanza. Una profesión de mierda la que toma imágenes y las multiplica para vergüenza del respetable. Una provocación, una necesidad que pagan las empresas de la información como peaje digno del mundo libre. Haití ha sido la gota para llenar el vaso. Me ha hecho pensar lo que nunca me había parado a pensar. Qué es ser y para qué sirve ser periodista. Cómo fue el mundo antes de que llegara la imprenta, el teléfono, la radio, la televisión y el internet. ¿Hubo mundo o nos los hemos imaginado? ¿Fue verdad o las verdades solo son las que nos enseñan con imágenes? Es una mierda lo que hemos acabado haciendo con todos nuestros inventos. Es una vergüenza que los periodistas del mundo no tengan agua, ni cama, ni hoteles en Puerto Príncipe. Una lástima que la gasolina sea tan escasa que no les dé ni para buscar la buena noticia con la que abrir la crónica del día siguiente. Una provocación que unos a otros se pidan ideas y soluciones para canalizar la ayuda internacional que no llega. La poderosa e inagotable CNN ha montado su plató en una Haiti devastado y desolado. Llegó la primera y seguro que se irá la última. Pero es como si muchos de sus enviados especiales tuvieran un croma a sus espaldas. Llama la atención porque después de cinco dias ellas y ellos siguen sin despeinarse. Ellos y ellas somos nosotros, los otros son los haitianos a los que seguiremos dando una limosna para salvar nuestra conciencia y ese divino oficio de contar lo que vemos sin mancharnos las manos.